Al final el entrenador elegido por los Ángeles Lakers para sustituir a Mike Brown ha sido Mike D'Antoni, con lo que el bueno de Phil Jackson, que era el deseado por la afición, parece que se ha quedado con un palmo de narices, como se dice.
La papeleta de D'Antoni a mi entender es doble: por un lado quitarse de encima la sombra de Jackson y sus cinco anillos ganados en los Lakers (más 6 en Chicago) y por otro, hacerse con un vestuario lleno de egos y prisas. A ver si, además de no querer aprenderse el ataque de Princeton, como quería Brown (para lo que incluso se trajo al especialista absoluto en el mismo, Eddie Jordan) les va a dar pereza correr, tal y como seguramente les pedirá el otro Mike, D'Antoni. Suerte para él y para Pau y Nash.
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