martes, 23 de diciembre de 2008

STEPHON MARBURY

Lejos de solucionarse el enfrentamiento que mantienen el base Stephon Marbury con los Knicks y en especial con el entrenador Mike D'Antoni, la situación ha llegado ya al nivel de las multas, suspensiones y acciones legales. Los Knicks informaron a Marbury de una sanción económica de 400.000 dolares y que iba a ser apartado del equipo por haberse negado a jugar cuando el equipo se enfrentó en Auburn Hills a los Pistons de Detroit.
El jugador lo ha negado en varias entrevistas y reiteró que el único que tiene la culpa de la situación es D'Antoni, que desde que llegó al equipo lo marginó y le dijo claramente que no contaba con él para su proyecto.
Los Knicks consideran que, al margen del origen de la situación, Marbury, que tiene esta temporada un salario de... ¡¡¡21,5 millones de dólares!!!, no se puede negar a jugar cuando el entrenador se lo pida. El base estadounidense ha reiterado que de su boca nunca salió la expresión que no quería jugar, entre otras cosas, porque sabe perfectamente que sería "insubordinación".
Los Knicks intentaron darle una solución al grave problema planteado con Marbury comprándole el contrato para que quede libre pero Stephon sólo les perdonaría 1 millón.
Pero lo mejor, o lo peor según se mire, es que el amigo se presentó en el pabellón de Los Ángeles, donde estaba pasando unos días de vacaciones, es decir los de la suspensión, para presenciar el partido que enfrentaba a los de Nueva York con los Lakers. Las entradas las compró él mismo, ya que como se suele decir nadie le dio vela en el entierro. Los Knicks le habían dicho que se mantuviera alejado pero el tío, no se sabe para demostrar qué, allí estaba cerca del sempiterno fan de los kinickerbockers, el (pesadito) director de cine Spike Lee. Lo peor de todo es que todavía haya equipos de la NBA que se planteen fichar a Marbury, después de todo lo que se está viendo, y no solo esta temporada.

DAVE HOPLA, especialista en tiro

Otra cuestión respecto a Calderón es su record de tiros libres consecutivos anotados. El trabajo con su entrenador de tiro, Dave Hopla, famoso por sus records, está dando resultado. Entre sus normas, una que llama la atención: para un tiro perfecto el codo debe subir por encima de la ceja. Si observamos a uno de los mejores tiradores de la historia, a pesar de lo poco ortodoxo, Larry Bird, o al número uno de todos los tiempos, Michael Jordan, veremos que esto se cumple.
Hopla ha trabajado con, entre otras estrellas, el propio Jordan y Kobe Bryant. Con el base español de los Raptors estuvo hace un par de temporadas y le corrigió ciertos movimientos en la mecánica de tiro: antes tiraba con el codo derecho más abierto y, ahora, al cerrarlo, le da más parábola a la salida del balón, lo que permite una ruta más precisa a canasta. "Él me corrigió sobre todo el equilibrio y la sacudida final del brazo, marcando arriba la trayectoria del balón. Me enseñó que mi cuerpo debe estar totalmente armonizado para lanzar" cuenta Calderón. El trabajo -sumado a las series de 300 tiros diarios- sigue obteniendo réditos.
Y yo añadiría a lo del codo encima de la ceja que iría entre el punto 4 y 5:
1.- Flexión de las rodillas
2 -.Mirar el aro por debajo del balón
3 - Extensión del cuerpo
4 – No mirar la trayectoria del balón sino el aro
5.- Dejar también el brazo que tira extendido
Si a alguien le sirven estos consejos me doy por satisfecho, si es que alguien me lee.

Calderón, un fuera de serie.

El base español de los Toronto Raptors, José Manuel Calderón, demostró su clase y señorío al dar las gracias a Sam Mitchell, tras ser cesado como técnico, ya que siempre confió en él en un comunicado que dice así:
"Sam ha sido mi único entrenador desde que llegué a la NBA. Han sido más de tres temporadas con él y muchos meses de trabajar juntos y de compartir experiencias, viajes, partidos, derrotas y también muchas alegrías.
Recuerdo cuando llegué aquí como un 'rookie' que no entendía todo lo que se decía en el vestuario y como pasé de ser un jugador secundario a ser 'su' hombre en el equipo. Así me lo dijo él personalmente cuando firmé mi contrato este verano. Le estoy agradecido por esa confianza y quiero darle las gracias por todo lo que ha hecho por mí estos años. No era fácil confiar en un joven sin experiencia en la liga y él lo hizo. Siento que entre todos no hayamos sido capaces de comenzar mejor esta temporada y permitirle terminar lo que todos iniciamos con enorme ilusión"
Además mostró todo su apoyo al nuevo técnico de los Raptors, Jay Triano que siempre ha estado en la sombra apoyando al equipo.

DESPIDOS EN LA NBA

Los banquillos de la NBA echan humo. En apenas un mes y medio de competición han sido despedidos seis técnicos. El último, Reggie Theus, de los Sacramento Kings, cuyo despido se produjo dos días después de que los Sixers de Filadelfia dejasen también sin trabajo a Maurice Cheeks, un hombre legendario dentro del equipo, no solo por su trabajo en los banquillos sino por su labor humanitaria en ayuda de aquellas personas enganchadas a la droga. Junto a Theus, su entrenador asistente Chuck Person se quedó también en el paro después de encajar el equipo una marca perdedora de 6-18.
Theus se une a los nombres de P.J.Carlesimo (Oklahoma City), Eddie Jordan (Washington), Sam Mitchell (Toronto), Randy Wittman (Minnesota) y Cheeks (Filadelfia).
El despido de entrenadores demuestra la grave crisis de juego dentro de la mayoría de los equipos de la NBA, donde los Celtics de Boston, Lakers y Cavaliers de Cleveland son el caso opuesto a los comentados.
Ya he hablado en este blog del egoísmo imperante en la NBA donde importan más las estadísticas individuales en pos de un megacontrato que el trabajo para el equipo.
Menos mal que en el baloncesto de base no priman tanto los resultados pues si no el que esto escribe estaría ya hace tiempo en su casa sin entrenar. Sin embargo la influencia de la NBA en los jóvenes jugadores es nefasta: la mayoría sólo se fija en los mates y en las jugadas individuales. Casi nadie se fija en el trabajo defensivo o en el juego de equipo. Y si hablamos de las audiencias televisivas del baloncesto europeo (mucho más organizado y en el que prima más el trabajo táctico del grupo) es para echarse a temblar.