sábado, 7 de noviembre de 2009

Algunas diferencias frustan mi fichaje por los Celtics


Debo deciros que, salvo por la escoliosis en la espalda, dolor y extraño crujido de rodillas, reuma, la muñeca derecha (la de los tiros imparables) lastimada en el concierto de Calamaro, la miopía y unos diez kilos de más (además de los 37 tacos), estoy en mi mejor momento. Vamos, en un estado de forma que para qué las bromas.

Tanto es así que mientras Kevin Garnett se termina de recuperar de su lesión, los Boston Celtics pensaron en mi para completar el roster y se pusieron en contacto con mi agente (el de USA, claro).

Tras las primeras tomas de contacto, el coach Doc Rivers se relamía pensando en la que íbamos a liar Paul Pierce y yo atacando las defensas rivales, sobretodo yo. Además debeis de saber que la línea de tres de allí, a 7,25 metros, me beneficia, cuanto más lejos mejor.

Pero ha habido unos obstaculos insalvables en las negociaciones y no ha sido mi estatura, 1'80, algo bajo para jugar de 4, vale, lo admito. Y es que el presidente no quería bajar del techo del pabellón el nº33 para que lo luciera yo. Delicado que es el tío. Si total, yo también me llamo Lorenzo. Y quién es ese tío, Larry Legend le llaman.