domingo, 18 de marzo de 2012

Si a mi no me gustan los Lakers (II)

Años 90. Tras la retirada de Magic vino una etapa de decadencia coincidiendo con el esplendor de los Chicago Bulls de Jordan. En esos años de sequía, hasta el propio Johnson fue entrenador y reapareció como jugador en 1996, metiendo al equipo de nuevo en play-offs. Tras su definitiva retirada, la directiva fichó al determinante pívot Shaquille O’Neal, juntándose con el nuevo valor Kobe Bryant y el entrenador artífice de los Bulls, Phil Jackson, para ganar tres nuevos anillos (2000 a 2002).

Tras un año en blanco, en la temporada 2003-04 construyeron un quinteto de lujo al traerse al base Gary Payton y al mítico Karl Malone, pero completaron uno de los mayores fiascos de la historia del deporte al perder contra los Pistons de Detroit en la final. Ello determinó la salida de O’Neal, tras choque de egos con Kobe y la del propio Phil Jackson, que volvería al año siguiente tras contraer una grave enfermedad su sustituto, Rudy Tomjanovich. En la nueva reconstrucción, el fichaje del español Pau Gasol fue determinante para llegar a tres finales y ganar los dos anillos de 2009 y 2010.


En estos últimos años de Gasol y Jackson en el equipo, debo decir que hasta deseaba que ganaran, aunque no en esa final que fue para Boston en 2008 con el Big Three verde constituido por Kevin Garnett, Ray Allen y Paul Pierce.

Pero desde que está el patoso de Mike Brown como entrenador y declararon transferible al jugador catalán, es un equipo que me vuelve a caer mal. Es más, hubiera estado bien que al final lo hubieran traspasado. Así se darían cuenta de lo que pierden. Además, como la táctica de Brown es como dispararse un tiro en un pie, es decir, darle todos los balones a Kobe Bryant, al que no le hacen falta indicaciones para que se tire hasta las zapatillas, pues no tienen nada que hacer. Ganarán partidos, pero no el anillo. ¡Ah! Y se me olvidaba… Los Lakers tienen como entrenador asistente a Messina, ese señor que casi se carga al Real Madrid de baloncesto en su desafortunada etapa, tanto en juego como en decisiones (fichajes), con su basket-tostón, unido ello a la genial idea de la directiva de jugar en la Caja Mágica

Por lo visto en estos meses, la política que están siguiendo los herederos de Jerry Buss, en su primer año sin la sombra de su padre, que ha decidido retirarse, no está siendo la más acertada. No hay más que indicar que el mismo Magic ha vendido sus acciones y ya no tiene la más mínima participación en la famosa franquicia. Al final no traspasaron a Pau pero sí a Dereck Fisher, que no merecía salir así después de tantos años en el equipo. Puede que al final hasta medio salven la temporada pues Bynum está rindiendo a gran nivel.

martes, 13 de marzo de 2012

Si a mi no me gustan los Lakers (I)

 
Años 80. Los Ángeles. El Showtime de Pat Riley en su apogeo, juego veloz y atractivo de los Lakers. Grandes jugadores, Magic Jonson en especial, base de dos metros que daba asistencias de fantasía y podía jugar hasta de pívot. La otra estrella era el center Kareen Abdul Jabbar, jugador antes conocido como Lew Alcindor (En esos años hubo algunos deportistas famosos como el boxeador Cassius Clay, luego Muhammad Ali, o el propio Lew, que se convirtieron al islamismo y se cambiaron el nombre) A Kareen muchos lo conocimos en una de mis pelis favoritas de pequeño, Aterriza como puedas, no en partidos, y es que conviene recordar que seguir la NBA en España en esos tiempos era muy difícil. Solo había dos cadenas de televisión, RTVE 1 y RTVE 2. El baloncesto era muy minoritario hasta que España obtuvo la medalla de plata en la Olimpiada de 1984 precisamente en Los Ángeles. Ese boom propició que se siguiera un poco más el baloncesto del otro lado del Atlántico.

Una de las primeras finales que se pudieron ver fue la de 1987 entre los propios Lakers y los Celtics de Boston. Y al año siguiente, si no me equivoco, llegó el programa Cerca de las estrellas presentado por Ramón Trecet, los viernes por la noche en la 2, donde ponían un “NBA today” y un partido íntegro. Y de vez en cuando reportajes que nos mostraban gestas anteriores como el campeonato de los Sixers del Doctor J, es decir Julius Erwing, y Moses Malone entre otras. Además, se vieron los primeros All-Star games, los playoffs y las finales en directo por primera vez en España.


¿Internet? No existía. Por no haber no había ordenadores ni móviles ni nada de eso.

Esos Lakers los completaban James Worthy, plástico alero y magnífico finalizador de contraataques, Byron Scott, poderoso escolta y junto a ellos una pléyade de secundarios de lujo como A.C. Green, Michael Cooper o Kurt Rambis. Todo rodeado por el glamour de Hollywood con muchas de sus estrellas como Jack Nicholson, a pie de pista contemplando a los astros del basket en vivo.



Pues bien, ese equipo que jugaba de cine, sin especular con las posesiones, rebote y a correr, que es mi filosofía de juego actual, no me gustaba. Y eso que así jugaba mi equipo, el Real Madrid entrenado por Lolo Sáinz y dirigido por el doctor Corbalán, que era mi favorito junto a Fernando Martín.

Lo del equipo no se elige. Eres o no eres. Boston Celtics es el equipo de la NBA que me llenaba en aquella época con mi tocayo Larry Bird al frente. Luego casi todos fuimos del equipo del mejor, Michael Jordan y sus Bulls de Chicago. Pero sigo siendo de Boston.

Por lo tanto debo decir que no me gustan los Lakers. Lo que no me quita el reconocer que ese equipo de los 80 era magnífico y marcó una época, acabó con la maldición que impedía repetir título al campeón y se convirtieron en lo que en Estados Unidos llaman una dinastía, cosa que su máximo y verde rival intentó evitar en duelos espectaculares. Es lo mismo que me pasa con el Barcelona entrenado por Guardiola, son buenísimos pero no son mi equipo. Esos Lakers que también marcaron una época se enfrentaron además en dos finales a los Pistons de Detroit (1-1) y a los Bulls, a los que cedieron el cetro mundial y la dinastía.

jueves, 8 de marzo de 2012

El toque de Pepu

Es muy fácil hablar cuando ya ha caído, pero a consecuencia del “cese de mutuo acuerdo” voy a compartir mis impresiones como abonado que soy además del Estudiantes.

Estudiantes tiene una masa social muy importante, capaz de arrastrar a más de 10.000 espectadores, ya sea en el Palacio de los Deportes de Madrid o donde toque, a mínimo que el equipo responda: Dos de los mejores ambientes que he vivido en una cancha de baloncesto han sido el desenlace de cuartos de final de la Eurocup contra el Cedevita de Zagreb en 2011 y el partido contra el Real Madrid de esta temporada. Por no hablar del conocido trabajo con la cantera, el haber superado un concurso de acreedores, iniciativas como la Fundación, el uso de Magariños o el Colegio de las Tablas. El departamento de marketing está haciendo un trabajo excelente y muy atractivo pero en el aspecto deportivo se han cometido fallos a mi entender:
1) Primero no renuevan a tiempo al capitán Pancho Jasen. Y claro, ante la indecisión de la directiva éste acepta la oferta de Sevilla. 
2) Luego echan a Luis Casimiro, entrenador con contrato en vigor, aprovechando que se suponía que Pepu Hernández se desvinculaba del Joventut, asunto que al final tardó más de la cuenta y creo yo que determinó la mala confección de la plantilla. No me pareció mal trabajo el de Luis en el equipo la temporada pasada.
3) El flojo plantel se concreta con:
- La no renovación de Albert Oliver y Sergio Sánchez dejándo la dirección en manos de dos bases con poca experiencia por su juventud como Granger y Jaime Fernández.
- Fichaje de tres americanos de medio pelo, dos de ellos, Wright (-19 de valoración contra el Barcelona) y Flores, dan la espantada a las primeras de cambio. Simmons es el claro ejemplo de jugador voluntarioso pero torpe.
4) Y luego, la genial solución: Vuelta a los orígenes. Acompañando a un cada vez más lento y envejecido Gabriel a pesar de su calidad y compromiso, fichan a los muy veteranos Carlos Jiménez y Rodrigo de la Fuente. Yo ya lo dije. Como se lesione alguno de cabeza a la LEB. Y ahí se está.

José Luis Hernández o bien ha perdido el toque o no ha conectado con esta plantilla en concreto. Pero es que en el Joventut ya le pasó el año pasado. Les pegaban las mismas palizas que le han dado a su Estudiantes 2011-12. Como dijo Juanma Rodríguez en Canal Sur el otro día lo grave no es la derrota, sino el perderle la cara al partido. Y eso se ha dado muchas veces este año. En diciembre ya intentó dimitir pues el hombre no se veía. Yo destacaría que tomó decisiones que creo que hunden a cualquier plantilla. Estar entrenando todo el año y que de pronto el entrenador le de muchos minutos y libertad para tirarse hasta las zapatillas a jugadores recien aterrizados como Lofton, Dane o Kirksay todavía sin haberse deshecho del Jet-Lag. Daniel Clarck pasa de titular a no jugar y luego sí, Driesen al revés, los demás también jóvenes tienen un papel testimonial. No ha parecido desde fuera que hubiera una idea de equipo, le daban la pelota a Germán que después de botar quince veces en el poste se la jugaba alguna vez con éxito. Desde luego no ha parecido un equipo de Pepu y menos del Estudiantes.
Espero que el entrenador campeón del mundo con España en 2006 no haya perdido su capacidad, el toque del que hablo, se recicle y vuelva, pero en todo caso si no lo hace, no se puede borrar su gran aportación al baloncesto.

Me queda la duda sobre lo que pasó entre Pepu y la Federación Española en la persona de su presidente José Luis Sáez, ¿qué ocurrió realmente? ¿Puede afectar algo así en la forma en la que parece que lo ha hecho a Pepu que no levanta cabeza desde entonces?


jueves, 1 de marzo de 2012

La pachanguita

- Hijos míos, la pachanga es buena.
Alguno de los jugadores infantiles que entreno me dirá entonces que porqué no jugamos una en los entrenamientos. Siempre me piden "jugar un partido pero de verdad". Lo que ellos llaman partido de verdad es una pachanga. Yo les digo que el partido de verdad es el sábado y que en el entrenamiento hay que ensayar y corregir errores. El recreo sería el marco idóneo ya que en cuanto acaban los entrenamientos los recogen los padres. Y les entiendo. En el partido de los sábados hay un pesado, yo, dirigiéndoles y encima no pueden jugar todos a la vez.
El All-Star de la NBA es una pachanga gigantesca, con los mejores del mundo y mucha gente no lo aprecia. Puede suceder que se llegue un poco saturado del partido de rookies del viernes y de los concursos del sábado, pero lo importante sucede el domingo y no es para despreciarlo. Es libertad en estado puro. No está el pesado del entrenador vendiendo humo. Bueno, colocan a uno en cada equipo para que ordene un poco, pero ese día se comporta y se suma a la fiesta. Y este año hasta hubo piques y Wade le rompió la nariz a Kobe y éste a su vez le dijo algo a Lebron cuando perdió el balón que pudo significar la victoria del Este. Además de los 36 puntos de Durant que fue MVP y del debut de Marc Gasol. Qué mas se puede pedir. Bueno sí, que se juegue en horario europeo para no trasnochar.
Hijos míos, no despreciéis a la pachanga...