martes, 13 de marzo de 2012

Si a mi no me gustan los Lakers (I)

 
Años 80. Los Ángeles. El Showtime de Pat Riley en su apogeo, juego veloz y atractivo de los Lakers. Grandes jugadores, Magic Jonson en especial, base de dos metros que daba asistencias de fantasía y podía jugar hasta de pívot. La otra estrella era el center Kareen Abdul Jabbar, jugador antes conocido como Lew Alcindor (En esos años hubo algunos deportistas famosos como el boxeador Cassius Clay, luego Muhammad Ali, o el propio Lew, que se convirtieron al islamismo y se cambiaron el nombre) A Kareen muchos lo conocimos en una de mis pelis favoritas de pequeño, Aterriza como puedas, no en partidos, y es que conviene recordar que seguir la NBA en España en esos tiempos era muy difícil. Solo había dos cadenas de televisión, RTVE 1 y RTVE 2. El baloncesto era muy minoritario hasta que España obtuvo la medalla de plata en la Olimpiada de 1984 precisamente en Los Ángeles. Ese boom propició que se siguiera un poco más el baloncesto del otro lado del Atlántico.

Una de las primeras finales que se pudieron ver fue la de 1987 entre los propios Lakers y los Celtics de Boston. Y al año siguiente, si no me equivoco, llegó el programa Cerca de las estrellas presentado por Ramón Trecet, los viernes por la noche en la 2, donde ponían un “NBA today” y un partido íntegro. Y de vez en cuando reportajes que nos mostraban gestas anteriores como el campeonato de los Sixers del Doctor J, es decir Julius Erwing, y Moses Malone entre otras. Además, se vieron los primeros All-Star games, los playoffs y las finales en directo por primera vez en España.


¿Internet? No existía. Por no haber no había ordenadores ni móviles ni nada de eso.

Esos Lakers los completaban James Worthy, plástico alero y magnífico finalizador de contraataques, Byron Scott, poderoso escolta y junto a ellos una pléyade de secundarios de lujo como A.C. Green, Michael Cooper o Kurt Rambis. Todo rodeado por el glamour de Hollywood con muchas de sus estrellas como Jack Nicholson, a pie de pista contemplando a los astros del basket en vivo.



Pues bien, ese equipo que jugaba de cine, sin especular con las posesiones, rebote y a correr, que es mi filosofía de juego actual, no me gustaba. Y eso que así jugaba mi equipo, el Real Madrid entrenado por Lolo Sáinz y dirigido por el doctor Corbalán, que era mi favorito junto a Fernando Martín.

Lo del equipo no se elige. Eres o no eres. Boston Celtics es el equipo de la NBA que me llenaba en aquella época con mi tocayo Larry Bird al frente. Luego casi todos fuimos del equipo del mejor, Michael Jordan y sus Bulls de Chicago. Pero sigo siendo de Boston.

Por lo tanto debo decir que no me gustan los Lakers. Lo que no me quita el reconocer que ese equipo de los 80 era magnífico y marcó una época, acabó con la maldición que impedía repetir título al campeón y se convirtieron en lo que en Estados Unidos llaman una dinastía, cosa que su máximo y verde rival intentó evitar en duelos espectaculares. Es lo mismo que me pasa con el Barcelona entrenado por Guardiola, son buenísimos pero no son mi equipo. Esos Lakers que también marcaron una época se enfrentaron además en dos finales a los Pistons de Detroit (1-1) y a los Bulls, a los que cedieron el cetro mundial y la dinastía.

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