lunes, 23 de enero de 2017

Esos padres de los jugadores

El tema de los padres me viene asaltando en este mes, el primero de 2017. Primero hablando con mi amigo y entrenador Nicolás Antón, a la salida del partido al que asistimos entre el Real Madrid y el Maccabi de Tel Aviv el viernes 13 de enero. Al respecto de las altas expectativas que se despiertan en los padres de los niños a poco que se gane algún partido, recordamos lo que decía Javier Leria, nuestro profesor en el curso de entrenadores al que asistimos en 2012 en Madrid: Ruedas de prensa con los padres nunca. Con ellos hay que hablar de temas de adultos, logística, horarios, etc. Evitar abordar las cuestiones técnicas. Estuvimos de acuerdo en que hay que dejarles a los chavales su espacio, es su deporte y su momento, el de estar con su equipo. 

Luego leo, sobre los insultos que muchas veces dedican los padres a los árbitros, un estupendo artículo de Álvaro del Río, compañero en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga, aunque no en los mismos años, y con el que coincidí como entrenador en Maristas Málaga en la temporada 2008/09. Mejor que él en su columna del periódico "La Opinión de Málaga" no se puede contar. Recomiendo leerlo. 

Hasta Pablo Laso, entrenador del Real Madrid, ha recomendado su lectura
El ejemplo que dan muchos padres a sus hijos y a la sociedad con sus insultos a los árbitros o a las otras aficiones tuvo su cota máxima, al día siguiente cuando apareció en el telediario una espeluznante y bochornosa pelea entre dos padres durante un partido de fútbol en categorías de formación. 

Y en un programa radiofónico de Carlos Herrera estuvieron tratando el tema, con las llamadas de los oyentes contando anécdotas, como la historia de una abuela que llegó a ponerse en la portería con tal de que no le tiraran un penalti a su nieto.

Viñeta del dibujante Puebla aparecida en el diario ABC sobre el tema de los padres.
Como digo el tema ha salido varias veces últimamente.

Puede que lo que sucede tenga que ver con esa obsesión de la sociedad actual por el resultado. Aíto García Reneses en una entrevista aparecida en la revista Gigantes dice que Cuando un niño vuelve a casa tras jugar un partido, lo primero que le preguntan es: "¿Has ganado?". ¡Qué importa si ha ganado! La pregunta correcta sería "¿Lo has pasado bien, habéis aprendido, te has relacionado?".

Hace un par de temporadas tuve la suerte de asistir a dos conferencias de José María Buceta, organizadas por el responsable de formación de la Copa Colegial, Juan José Hernández, que fue quien me invitó y que es también coordinador del baloncesto en el Colegio San Agustín de Madrid, donde yo entrenaba en esa época. La cuestión de los padres estuvo presente en mucho del tiempo dedicado a las charlas.

Buceta es entrenador y psicólogo (como técnico de baloncesto es actualmente el máximo responsable de la selección femenina de Gran Bretaña y también lo fue de la española y como psicólogo además de profesor de la UNED, ha trabajado varios años en el Real Madrid, en fútbol y baloncesto y es autor de varios libros). Él dice que los padres están ahí, es algo que no se puede obviar. Antes no iban a ver ningún partido de sus hijos, ni siquiera los llevaban, eso lo he vivido yo. Y como los tiempos han cambiado, hay menos niños, y puede que por ello más mimados, se comparten aficiones, los padres van más con los niños y muchas veces, gracias a ellos hay equipo. Por ello hay que hacer que se sientan partícipes en una justa medida, reconocer su papel. Y también conducirles si se apartan de su función.

Chema Buceta escribe también un interesante blog donde aborda esas cuestiones y otras más.

Uno de los últimos libros de José María Buceta publicado por la editorial Dykinson.
Como se ve, es algo común a los que entrenamos a chavales, y a no tan chavales, que ahora se puede ver a padres que van a ver partidos de sus hijos aunque estos sean casi o mayores de edad incluso. Cómo abordar, por ejemplo el problema que suponen esos padres que tienen un comportamiento antideportivo y otras cuestiones. Es complicado, claro, pero como dice Iván Recio, del Estudiantes, hay una fórmula que no suele fallar, aplicar el sentido común.