lunes, 13 de agosto de 2018

Vladimir Tkachenko

Una de estas tardes de verano de 2018 me he entretenido haciendo un dibujo de Vladimir Tkachenko. En esas manos tan grandes el balón parecía una mandarina.
Eso sí que era un muro, con sus 2,21 metros de altura y 141 kilos de peso. El que haya jugado al baloncesto sabe lo que es chocar contra semejante mole. En aquella época no había muchos jugadores de baloncesto tan altos como el pívot de la extinta Unión Soviética, nacido en lo que hoy es Ucrania en 1957. 

Tkachenko encestando con un mate ante Romay en Moscú 1980

La URSS, campeona del Eurobasket 1985 con jugadores míticos rodeando a Tkachenko.
Los de mi generación pudimos ver los últimos años de dominación de la URSS antes de que se dividiera en países como Rusia, Lituania, Letonia, Ucrania y otros más, pero estos que he nombrado son potencias dentro del baloncesto por si solos, imagínense cuando estaban unidas. El Mundial de 1990 fue el último en el que se pudo ver a una de las selecciones más laureadas del deporte de la canasta (Dos oros olímpicos, tres del Mundial y catorce veces campeona del Eurobasket, sin contar otras medallas). Y uno de los protagonistas en esos triunfos hasta 1987 fue Vladimir Tkachenko.




En cuanto a nivel de clubes Tkachenko jugó en el CSKA de Moscú, siendo míticos sus duelos contra otro gigante, Arvydas Sabonis, que lo hacía en el Zalguiris de Kaunas, antes de recalar en España o en la NBA. La única salida de Tkachenko fuera de la liga soviética fue a Guadalajara en la temporada 1990-91 en Primera B, la por entonces segunda categoría del baloncesto español tras la ACB. Lo que debía ser terrorífico para el rival era jugar contra la URSS cuando ambos compartían equipo lo que sucedió en varias convocatorias.

Corbalán al lado de Vladimir en un España-URSS.
A sus casi 61 años trabaja como encargado de logística en una empresa de recogida de basuras y entrena a chavales de 9 a 12 años de edad. En una entrevista reciente comenta que Fernando Romay, con el que mantiene el contacto, le hace llegar zapatos de vestir que le cuesta más encontrar de un número tan alto en su país, Ucrania.

El día que entró en el Hall of Fame de la FIBA.
Con su hijo Igor que nació en 1986 y jugó en el Unics Kazan o CSKA en categorías inferiores.


Sabonis y Tkachenko en un reciente encuentro de veteranos.
Simpática instantánea con un "intruso" escuchando a los dos gigantes.


En este vídeo se le puede ver jugando. Espectacular el tapón que le coloca a Juan Domingo de la Cruz, pívot de la selección española, en uno de los lances.


Episodio de La hora chanante dedicado a Tkachenko donde el humorista Joaquín Reyes se disfraza del ucraniano, grabado además en el pabellón del Colegio Joyfe de Madrid donde yo entrené al equipo junior en la temporada 2012-13.

miércoles, 1 de agosto de 2018

¿Cómo decirle a Lebron que se quede tranquilito?

Suponga usted, entrenador/a, que llega el día del partido y al comenzar el calentamiento aparece el padre de uno de los jugadores del equipo que usted entrena, disfrazado de baloncestista con gorra y riñonera, y presto y dispuesto, se va creciendo, se pone la gorra "patrás" y no tiene otra cosa que hacer que unirse al equipo de los niños en la rueda de calentamiento.

Pues bien, ese padre se llama Lebron James. Se ha podido ver un vídeo que ha aparecido hasta en los telediarios, que hacía semanas que no salía algo de baloncesto en un telediario español. Lo han vendido como la gran cosa, míralo, qué mates hace el tío en el partido de su hijo.




Yo lo he visto y me ha parecido... no se cómo decirlo... como mínimo patoso que, por mucho Lebron que sea, un señor de 33 años se ponga a hacer la rueda de calentamiento con los niños...

Es verdad que debe ser un papelón decirle a todo un NBA que se siente y deje de hacer mates en el momento de la preparación del partido por parte de los chavales...

Pero el equipo y la educación deportiva deben estar por encima: los verdaderos protagonistas son los jóvenes jugadores, conviene recordarlo. A todo esto no sabemos qué le pareció a los integrantes del otro equipo.

Hasta el entrenador "Pepu" Hernández (campeón del Mundial 2006 con España) dice que cuando lleva a alguna de sus hijas a un partido les remite a su entrenadora, que él está allí como padre, animando desde el respeto. Algo parecido le he escuchado a Fernando Romay, y he visto a Juan Orenga asistir a partidos de uno de sus hijos en el colegio San Agustín de Madrid como un padre más, sin hacerse notar. De igual forma he visto a una atleta y jugadora de baloncesto (internacional  en los Juegos Olímpicos de Barcelona) como Carlota Castrejana ir a ver a su sobrina jugar en el Estudiantes. Otra cosa es que falte el entrenador al partido por un imprevisto y toque echar una mano, cosa que le sucedió de verdad a Pepu. O que se le pida a un profesional de la categoría de estos, y de acuerdo con el club, que de una conferencia o que enseñe a los niños en un entrenamiento...

Luego he podido leer a otra persona que piensa como yo...
Pero es que repasando el vídeo para escribir este artículo, me he fijado mejor en el hijo de Lebron y está calentando con unos cascos de música puestos... Tan joven y ya copia malas actitudes de algunos, aunque puede ser que en realidad esté deseando que empiece ya la temporada de la NBA y que su padre se vaya a hacer una gira por el este...



No era la primera vez, lo de los cascos, los tiene en varios colores...
Para completar la baraja de acciones de Lebron respecto a los partidos de su hijo he encontrado otro vídeo en el que se dirige al árbitro cuestionando una decisión suya y mientras el entrenador como si no fuera con él la cosa... Alucinante. En el vídeo se refieren a él como "Coach Lebron". Si le han hecho ficha para que esté en el banquillo tampoco creo que sea el mejor ejemplo en un partido de niños de 13 años.

Lebron dando el espectáculo con el árbitro.