lunes, 16 de mayo de 2016

Hoy hace un año de la Novena del Real


Aunque ya le ha sucedido el CSKA de Moscú (que ya lleva siete) como campeón de Europa de baloncesto de clubes (el pasado 15 de mayo se impuso al Fenerbahce de Estambul) hoy, 17 de mayo de 2016, se cumple el primer aniversario de la consecución de la Euroliga por parte del Real Madrid entrenado por Pablo Laso.

A la tercera final consecutiva jugada por los blancos, se logró la ansiada Euroliga, (veinte años hacía de la anterior para el equipo más laureado del continente) en una edición que tuvo lugar en Madrid y en una temporada soñada que será difícil que se repita: El Real ganó todos los títulos en juego y obtuvo el premio gordo y soñado, acorde con el gran juego desplegado estos años por una generación que quedará en el recuerdo de muchos aficionados.

Por cierto, no me olvido que no se pudo ver en televisión en abierto un acontecimiento celebrado en España, que disputaba un equipo español y que encima ganó. Si eso no es un acontecimiento de interés general... que por cierto, en Cataluña sí lo vieron en su televisión autonómica.

Yo sí tuve la suerte de ver en vivo una gran parte de los partidos que el equipo disputó en casa, ya que mi amigo Nicolás (al que conocí en el curso de entrenadores de segundo nivel que organizó la Federación Madrileña en 2012), es abonado del Madrid y me presentó hace un par de temporadas a sus amigos, David, que comparte desde el año pasado su abono conmigo, Alberto y Jesús, aficionados y abonados al Madrid desde hace muchos años. Han vivido partidos en la (vetusta pero mítica) Ciudad Deportiva del club, concretamente en su pabellón Raimundo Saporta (Yo vi un partido allí antes de su demolición, y viví por lo menos algún partido en todas las demás sedes blancas), en el Palacio (plaza de toros cubierta) de Vistalegre, en la (incómoda y lejana) Caja Mágica y ahora en el renovado Palacio de los Deportes (el sitio ideal). Y estuvieron en Zaragoza en 1995, viendo la anterior final de Euroliga ganada por el Real Madrid de Arvydas Sabonis y entrenado por Zeljko Obradovic.

Son una verdadera enciclopedia del baloncesto blanco de los últimos años. Otro amigo y compañero de trabajo, Rubén, al que conocí en Gerona, se ha unido al club tras venir destinado a la capital y se ha hecho abonado también. Y coincidimos también en muchas celebraciones con Ángel, también abonado y amante del basket y todos nosotros integrantes de un foro sobre baloncesto que se llama Basketmania, que primero vivió en cadenas de correos electrónicos y ahora en whatsapp, donde tenemos análisis de partidos, de jugadores, de posibles fichajes, y la confección de las nuevas plantillas o de la selección española siempre dan mucho juego... Y desde esta temporada también tenemos competición con la liga privada en el Supermanager, el juego organizado por ACB.com. Las conversaciones no son solo virtuales, tenemos tertulia después de los partidos con unas cañas. En otras ocasiones quedamos antes y en muchas más, antes y después, tenemos previo y post-partido...

Como he comentado, la Final Four de 2015 se celebró en Madrid, pero, dada la demanda que hubo por haber entradas reservadas para las cuatro aficiones de los equipos participantes, no todos tuvimos la suerte de conseguir entradas, pero nos juntamos para ver la "fanzone", el ambiente  y hacer un "previo" el día de las semifinales del que da fe el reportaje posterior. También hubo celebración posterior el día de la final, pero no hay documento gráfico. 

La previa es del día de las semifinales.
Alberto, Nico, yo, Ángel, Jesús y Rubén. Falta el séptimo magnífico, David.


"Fanzone" de la Euroliga instalada en la Plaza de Oriente

El día de la final en mi casa para verlo en el Plus. Se apuntaron Fran (que jugó en el Peñás de Huesca) y Antonio.


La bufanda la compré por las calles del centro el día de las semis. Aquí celebrando el título al lado de la tele en mi casa. Luego nos encontraríamos con los que habían estado en el Palacio para seguir celebrándolo. 

jueves, 12 de mayo de 2016

El lío de la FIBA


Sobre el conflicto en el baloncesto que está creando la FIBA (Fédération Internationale de Basket-Ball, en francés), concretamente en su sección o federación de Europa, con la amenaza de dejar a España sin ir a losJuegos Olímpicos o al Eurobasket:

Todo nace de su pretensión de que las selecciones nacionales jueguen partidos de clasificación durante la temporada para los distintos campeonatos que organiza en verano (Copa del Mundo y los citados Eurobasket y Olimpiadas). Según ellos, lo que llaman "abrir ventanas para las selecciones" es la solución para recuperar el hueco que ha perdido el baloncesto europeo frente a otros deportes, que ahora tienen mayor difusión.

Les parece a los dirigentes de FIBA Europa que en el fútbol eso funciona, el parar las ligas y competiciones europeas para que jueguen las selecciones. Cuando eso tampoco es así. Nada más pesado que un Italia contra Luxemburgo o un Francia contra Gibraltar. Nada más triste que un domingo de invierno sin Liga. Ninguna semana más larga que una sin partidos de clubes. Pero el fútbol es el fútbol y ni eso hunde al deporte número uno del viejo continente.

Rusia también esta amenazada con la expulsión.
Como la Euroliga dijo que no iban a parar, al igual que la NBA, que ni en sueños parará ni dejará a ningún jugador para esas citas en mitad del transcurso de la llamada Temporada Regular, pues se inventaron el organizar ellos la Copa de Europa cuando desde el año 2000 ya no lo hacen. Son los clubes los que se administran y FIBA les dejó tras otro penoso conflicto que parecía no se iba a repetir, apartándose a un lado.

Si FIBA Europa gestionara la llamada por ellos Champions League del baloncesto, decidiría cuando parar la competición para que jueguen las selecciones nacionales y eso arregla el problema del basket. Pero repito, selecciones sin casi todos los mejores jugadores, que están en la NBA.

I want the power

El fondo de todo es recuperar su parte del pastel. El dinero, aunque sea poco, ahora mismo se lo reparten los clubes y ellos no ven nada.

Quieren el poder, the power... Eso de no poder llevar a la querida a la Final Four, a un hotelazo con los gastos pagados, eso de no poder llevar a sus amigotes a Berlín, a Moscú, Roma o Madrid de comilona a costa de los que de verdad ponen el dinero, es decir, los clubes, no mola nada. Eso de no poder entregar trofeos y colocar a sus primos. Eso...

Hay que recuperar lo que en su día tuvieron. No importan los clubes ni el aficionado. No importa el deporte... si es que alguna vez lo han jugado. En su mayoría se trata de resentidos que lo más redondo que han visto en su vida, lo más parecido a un balón en sus manos, es una caja de zapatos.

Hay que volver a salir en la foto al lado de los jugadores, los verdaderos protagonistas, ganar dinero a costa de los que de verdad han trabajado desde la base, los jugadores con sus entrenadores y árbitros, colegios, clubes, etc. que muchas veces, demasiadas, se dedican a esto por amor al arte.

Y si para arreglar el baloncesto la solución está en copiar al fútbol, con sus parones para las selecciones o incluso el nombre de la competición, la Champions, ¿les suena?, mal vamos para recuperar la popularidad.

Antes el baloncesto llevaba la iniciativa, en reglas, estadísticas, innovaciones, de hecho la NBA lo sigue haciendo y es referencia en marketing, adaptación a las nuevas tecnologías, en definitiva, en difusión de la mejor liga de baloncesto del mundo.

¿No será ese el principal problema, que casi todos los mejores jugadores del mundo están allí y no se sabe vender el producto de aquí, en teoría más cercano al espectador europeo? 

¿No será que la FIBA no sabe adaptarse a los nuevos tiempos, y el producto, sus partidos, son cada vez menos dinámicos a causa de un reglamento sobre el que ya no se innova? Un pequeño ejemplo: el campo FIBA se ha quedado pequeño para unos jugadores cada vez más atléticos. Clama al cielo que no haya sitio para tirar de tres sin salirse en las esquinas. Los protagonistas están hartos de decirlo y nadie (FIBA) arregla nada.

Y es que la FIBA olvida que esa es su verdadera función, establecer y actualizar el reglamento, investigar posibles innovaciones que mejoren el deporte de la canasta. No liar la madeja.  

Como dicen en el programa de radio Tirando a fallar, el baloncesto es el único deporte capaz de pegarse un tiro en el pie para hundirse aún más y que nadie lo entienda.