domingo, 16 de julio de 2017

Sergio Rodríguez, desde Rusia con amor


El “Chacho” se va a Moscú, aunque todavía no es oficial. Allí, a poco que le dejen, disfrutarán del juego de un espíritu libre y feliz que parece que no lo ha sido en su último año en la NBA… Sí, yo pregunto:

¿Era feliz el "Chacho” en los Sixers de Filadelfia?

No se vieron muchos partidos de Rodríguez en Movistar+, debido a que su equipo no era de los destacados en la clasificación. Entre el espacio que discurrió entre una cita y otra se pudo ver como el papel de Sergio pasaba progresivamente de James Bond  a “Q”, de protagonista a secundario. De ser titular a suplente de un jugador llamado McConnell, para mi mediocre.

Es verdad que T.J. defiende mejor que Sergio, y que con juventud y ganas se ha hecho un sitio, pero más allá de eso poco que haga que te levantes del asiento. "McConnells" de la vida hay muchos pero como el "Chacho", pocos. De ahí la corriente de comentarios que ha despertado su fichaje por el CSKA de Moscú, una gran cantidad de forofos madridistas lo llaman traidor por no regresar al Real Madrid. Incluso pesetero, cuando se va a un equipo siete veces campeón de Europa. Parece que algunos de ellos lo más redondo que han visto en su vida ha sido una caja de zapatos (de fútbol, claro) y no se han enterado de que los directivos blancos ni han realizado oferta por él, ya que creen que tienen el puesto de base cubierto… (¡Ja!)


Volviendo a los Sixers, decir que están dirigidos por un entrenador llamado Brett Brown, que tiene un record de 75 victorias y 253 derrotas en sus cuatro temporadas NBA, todas en Filadelfia, vamos, lo que se dice un escaso palmarés, (anteriormente fue entrenador en Australia y asistente en San Antonio).

McConnell se ganó la confianza de Brown y se hizo con la titularidad.
Se veía claramente, sin saber lo que pasaba dentro del vestuario, que Brown se inclinó en un momento de la temporada por McConnell. Sergio salía a la cancha y su lenguaje corporal mostraba falta de esa alegría habitual en el base tinerfeño. Le vi hacer una sola cosa, subir la bola cansinamente y dársela a la primera al pívot estrella, Joel Embiid, un auténtico fenómeno pero que no deja de ser un novato. Yo creo que eran instrucciones del visionario McConnell, pero Sergio ya no creaba, ni jugaba un uno contra uno (que por cierto le cuesta más en NBA por la velocidad de los defensores de allá), y si fallaba cuando le llegaba un balón para un tiro liberado, su entrenador lo mandaba al banco. McConnell, en cambio podía fallar que sabía que no iba a ser sustituido.

Y lo peor es que cuando se lesionó Embiid (algo habitual en su corta carrera, 31 partidos en tres temporadas), Sergio le daba continuamente el balón a Okafor, pero este sí que es un bulto más que sospechoso, en vez de decir “aquí estoy yo, cinco temporadas NBA, MVP y ganador de una Euroliga, Ligas, dos medallas olímpicas y un Mundial y esto es lo que hay que hacer".

Embiid, no te lesiones más.

McConnell 51 partidos titular y 26,3 minutos por partido.
Sergio 30 como titular y 22,3 minutos por partido. (As.com)

Esa aparente apatía (unida a su fama de mal defensor) y falta de carácter de final de temporada es lo que pueden haber visto los mánagers de los equipos de la NBA para no hacerle ofertas como agente libre, empezando por su propio equipo, los Sixers, y menos cobrando las cifras de esta temporada.

Y claro, el “Chacho” se ha visto a mitad de julio sin equipo y con la única opción de volver a Europa, donde parece que la mejor oferta es la de los rusos, por encima de la del Fenerbahce turco.

En Moscú sustituirá a Teodosic, que se va precisamente a la NBA, y espero que vuelva a desempeñar el papel de 007 a las órdenes de Dimitris Itoudis, que ya sabe lo que es ganar la Euroliga, y deseando que sea un buen “M” para Sergio, como lo fue Pablo Laso, que sí supo entender su juego. 

Desde ahora soy un poco del CSKA.


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