Últimamente son nuestras representantes femeninas las que están consiguiendo éxitos y medallas en los deportes más sacrificados, natación y atletismo... Ya se vió en las Olimpiadas de Londres 2012 y en el Mundial de Natación de Barcelona 2013. Hay varias teorías, yo tengo una, puesto que estoy en contacto con jóvenes deportistas: Mucha consola y pocas ganas de trabajar. Ahora, eso sí, luego se quiere ganar, pero sin esfuerzo es complicado. No se puede generalizar, también hay chicos aplicados, pero algo de esto hay.
En una entrevista realizada en el diario AS antes del Mundial de Barcelona ya decía Mireia Belmonte que estaba preparada para todo. Lo único que le faltó fue ganar una prueba, se quedó a centésimas en los 200 mariposa. Me quedo con la cara que tenía tras darse cuenta de lo cerca que había estado del oro. Ese es el rostro de una campeona. Luego ya hay tiempo de apreciar el segundo puesto, pero en ese momento se ha perdido una carrera y por muy poco. Aún así, ella solita consiguió tres medallas para la delegación española.
Y pocos días más tarde se hizo con el record del mundo (y la victoria, claro) en los 400 libres y en los 800 estilos en piscina corta en la Copa del Mundo de Berlín. Casi nada. Y como dice ella, se presta más atención a un presunto fichaje o al nuevo peinado de un futbolista que a su marca. (Sergio Ramos, que hace mucha gracia pero no debe ser motivo de portada).
En una entrevista realizada por Tomás Guasch en el diario Marca, decía Mireia que había batido el record del mundo después de nueve horas de autocar que se había pagado ella al igual que el hotel, y cuando le preguntó que dónde estaba la Federación: "Pues en sus cosas" dijo ella. El único dinero que recibe es el que le aporta la UCAM (Universidad de Murcia) y NIKE, y suponemos que el plan ADO, si es que queda algo. (En la entrevista niguno de los dos lo nombran)
Se habla estos días de que si no se consiguen los juegos para Madrid 2020 (en la foto Belmonte en la madrileña Puerta de Alcalá), el apoyo institucional al deporte va a ser ínfimo y la travesía en el desierto larga, larga... en especial para los deportes menos seguidos. Y como en nuestro país se habla poco o muy puntualmente de lo que no sea fútbol en los medios de comunicación, pues estamos ante una pescadilla que se muerde la cola.No se trata de que lo pague todo el estado o las administraciones, pero si no hay inversión privada ahí tienen que estar. Y no estaría mal que esa prometida desde hace mucho ley de mecenazgo se hiciera de una vez, para favorecer la inversión privada.
Pero ahora lo que hay que hacer es felicitar a Mireia por su trabajo y el éxito que ha conseguido a través de horas y horas de entrenamiento y sacrificio. Ojalá muchos, no solo deportistas, sigan su ejemplo (y me incluyo yo, para no ser menos).
En los juegos Olimpicos de Londres 2012
Mireia apoyando al equipo de baloncesto de su ciudad, Badalona, el Joventut. En la foto saludando a los chavales de la cantera, santo y seña del mítico club, que también está teniendo dificultades económicas que esperemos que pronto supere.
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