martes, 11 de diciembre de 2012

El Capità Enciam escribe en la revista Gigantes

Su artículo sobre los cursos de entrenador de la Federación Madrileña bastante crítico y polémico.

El también autor del blog El contraataque tiene una página en la ahora revista mensual Gigantes del Basket, que va mejorando en su paso a esta nueva periodicidad, ahora hasta dan ganas de conservarla. Tal vez por haber recuperado firmas, haber integrado secciones provenientes de Internet, una escrita por el creador de Retro ACB, la ya comentada o la incorporación de Antoni Daimiel entre otras. 

El caso es que en la revista del mes de diciembre de 2012 el Capità Enciam (Capitán Lechuga en catalán) escribe acerca de las dificultades para hacer el curso de nivel 2 de entrenador de baloncesto. Se centra en el que organiza la Federación Madrileña y debe haber hablado con algún alumno que le ha contado una versión bastante certera pero algo resentida. Yo he estado haciendo ese curso y debo decir que sí, que es difícil y caro (aunque le han bailado las cifras que da), las jornadas demasiado cargadas de horas, la pista donde se hacía la parte práctica no era la mejor, profesores buenos y malos como en cualquier sitio, pero también ha tenido cosas buenas. Me gustaría puntualizar alguna cosa: 

- Los entrenadores de Liga Femenina saben de baloncesto, son entrenadores tan buenos como otros. A veces puede que más. Que entrenen una liga u otra no tiene nada que ver con su calidad docente. Eso es otro tema que nada tiene que ver. 

Es más, si en la ACB dejaran de contratar siempre a los mismos puede que nos lleváramos sorpresas. La nómina de entrenadores "de élite" es como un círculo cerrado en el que van rotando los de siempre continuamente. Lo raro es que hayan llegado algunos nuevos como Tabak o Repesa pero es que lo extranjero vende. Y no seré yo el que vaya contra los talentos balcánicos.

Lo mismo viene un entrenador de los equipos ACB de Madrid y no es capaz de enseñar nada. El caso es que hubo un par de conferencias en el curso que dieron J. Cuspinera, el segundo de Pablo Laso, o Nicola Loncar, que no estuvieron nada mal. Al contrario. Y también hubo malas, como pasa en el cole o en la universidad. Pero hasta del más malo se aprende. Aunque sea a no ser como él.


A continuación está el artículo escaneado pues no lo encuentro en Internet:

  

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