La final four y la errática política deportiva del Real Madrid

El título de campeón de Europa del Panathinaikos me hace reflexionar sobre la (nefasta) gestión del Real Madrid durante los 15 años en los que ha estado sin pisar una Final Four de la Euroliga. El territorio que debe habitar el Real Madrid es la Euroliga y si me apuran la Final Four. En fútbol como mínimo los cuartos de la Champions, en una competición donde no debería tener ningún complejo (ni barcelonitis como ha escrito Johan Cruyff) y menos en el estadio Santiago Bernabeu. Y eso que éste es el mejor FC Barcelona de la historia.

Pero volviendo al basket, veo en el campeón equipo griego a un entrenador que era del Real Madrid, Zeljko Obradovic, que lleva 12 temporadas en dicho equipo, y ha ganado con ellos 5 de las 8 Euroligas que lleva como técnico (las otras tres son con el Partizan, Joventut de Badalona y el propio Madrid en 1995) Pero es que con el equipo blanco también jugó la Final Four del 96 y ganó una Recopa en 1997 (aunque en esa época se llamaba Eurocopa). En el equipo verde también juega un ala-pivot, Antonis Fotsis que fue del Madrid y que es infinitamente mejor que algunos de los jugadores que han pasado por el equipo después de traspasarle.

En resumen, desde que echaron a Obradovic (recordemos que su sustituto fue ¡Miguel Ángel Martín!?) no se ha levantado cabeza y cuando se ha tenido a algún técnico válido (Plaza o Scariolo) no ha habido paciencia (aunque el fallo con Scariolo fue hacerle trabajar también de Manager a la vez que entrenador) o no se ha sabido fichar a los jugadores adecuados ni trabajar con la cantera. Con Zeljko pasó que en la ACB el equipazo que tenía el Barcelona de Aíto García Reneses era un difícil rival, pero se cumplía en Europa. El propietario Pavlos D. Giannakopoulos sí ha tenido la paciencia necesaria. Si un año, como la pasada temporada, no se llega a la Final Four, no se vuelve loco y echa a Obradovic que es la base de su proyecto.

A ver si ahora, a pesar de la espantada de Messina, que ha dejado en su lugar a un inexperto y en ocasiones desbordado Molin, la base que hay se complementa con un par de fichajes adecuados (se ha hablado de Joycee Carroll) y no se vuelven locos.