El veterano entrenador "Aíto" García Reneses, (esta temporada 2015-16 en el Gran Canaria) dijo en una clase magistral: "la formación no termina jamás y siempre hay tiempo para aprender algo nuevo. Y esto vale para los entrenadores y para los jugadores. El aprendizaje dura toda una carrera y depende de las ganas de hacerlo que tiene cada uno".
Pues bién, este señor, Stephen Curry, al que auguraban poco futuro en la mejor competición de baloncesto del mundo, la NBA, está demostrando a través del trabajo, especialmente de sus fundamentos o técnica, que Don Alejandro tiene toda la razón.
Curry está llegando a lo más alto, gracias a una evolución constante durante todo lo que lleva de carrera, a través del aprendizaje y trabajo de sus fundamentos (no solo individuales, ojo, también colectivos, aunque los primeros en especial). Sin tener el mejor físico, gracias a ese dominio de la técnica, de los principales fundamentos ofensivos, tiro, bote y pase, es ya uno de los mejores jugadores de la historia. Uno de aquellos por los que la entrada a una cancha de baloncesto está pagada solo con verle.
Y qué decir de su equipo, los Golden State Warriors, actuales campeones de la NBA y en condiciones de batir la marca estratosférica de victorias en una temporada de los Chicago Bulls de Michael Jordan... Casi nada.
Sobran las palabras.
Esto sí que son dibujos animados.
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