domingo, 13 de diciembre de 2015

José Luis Sáez y su caída (en la tentación)



Todo este asunto del (presumiblemente en pocas fechas ex-) presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB) y que ha destapado el diario El Mundo en diciembre de 2015, tiene que ver con la tentación. Y ojo, que no estoy disculpando a José Luis Saéz, en absoluto. 

Asistimos en los últimos tiempos a episodios en los que personajes de la vida pública, famosos y demás, sucumben ante la atracción o seducción de abusar de su posición... sin ninguna necesidad además. ¿O tenía alguna el balonmanista metido a esposo/príncipe de una Infanta, Iñaki Undargarín? Con todo a su alcance, se pone a estafar a manos llenas, y nada de engañar a ricos mafiosos, encima defraudando a las arcas públicas ¿O el futbolista Karim Benzemá, que gana millones, dedicándose a chantajear a un compañero de la selección francesa?

Ya sabemos que es difícil resistir a la tentación. Como decía el escritor irlandés Oscar Wilde (1854-1900) la mejor forma de librarse de la tentación es ceder ante ella. ("The only way to get rid of temptation is to yield to it... I can resist everything but temptation"). 

Pero la virtud humana y la ética están en resistirse a caer en el mal, (en el lado oscuro, que decían en La Guerra de las Galaxias), teniendo en cuenta que se puede ceder a pequeñas tentaciones o aficiones que no hagan daño a nadie, mientras se paguen del propio bolsillo. Hay que ser muy tonto para comprarse unos puros y descargarse canciones de la página web de spotify con cargo a la FEB. 

"Si quieres conocer a Paquillo, dale un carguillo" (refranero español)

Lo anterior es grave, pero luego está lo de pagar 45.000 euros con cargo a la Fundación de la FEB, para financiar la cabalgata de Reyes de Sevilla y salir en ella como Rey Melchor. Mucho tiene que ver con el ego. Hay que figurar, ir a comer a sitios de moda, caros, de cien, doscientos euros o  más el cubierto, que todos vean como ha medrado el hijo del pueblo, lo importante que es, pero que lo pague la Federación. Nada de un menú de 10 euros como el resto de los mortales. Claro, como va a Estados Unidos y ve la pasta que manejan en la NBA, incluídos los propios jugadores españoles que luego van a la selección, pues él no puede ser menos.

Y para rematar los "viajecitos de la familia", como titula el periódico "El Mundo". Los hijos de Sáez viajando a costa del dinero de la FEB. Eso ya es un cachondeo.

Lo peor de todo es que, como suele suceder en España, no se asumen las culpas y no se dimite. Sáez se ha dado de baja médica y ha cedido su puesto. Todavía estamos esperando a que de la cara, como al propio Undargarín, que ni ha pedido perdón, es que lo hace todo el mundo, lo de robar, parecen decir. Y como aleccionaban las madres; si tus amigos se tiran desde un puente... ¿tú también te tiras? Ah, y vamos a proteger al pobrecito de Benzemá, ahora hay que arroparle para que meta muchos goles... menuda imagen la del Real Madrid, una cosa es perdonar y otra quedar impune. Menos mal que la Federación Francesa ha hecho algo.

Volviendo al escandalo del presidente de la FEB, Los jugadores y entrenadores profesionales han firmado un escrito en el que no se mojan y sólo con una leve insinuación parece que se desmarcan de Sáez, manifestando su compromiso para futuras citas. Todo muy políticamente correcto cuando el asunto es bien serio.


Mucho se ha hablado del llamado "método FEB", pero no todo son luces. El trabajo de los clubes y colegios es fundamental y la realidad es que (y todo esto lo he vivido yo) hay un gran número de practicantes del deporte base que juegan en lamentables patios y canchas al aire libre, (frío, lluvia, calor, respirando la polución en el caso de Madrid), muchos de asfalto, donde caer supone desollarse rodillas y codos. No hay balones para todos, las redes rotas, líneas mal pintadas. Niños, tened cuidado que si se rompe la canasta no hay dinero para otra. Si se pincha el balón te fastidias, haber tenido cuidado, traéroslo de casa, se les dice. Los pabellones, cuando los hay, se deben compartir y están saturados. No hay tiempo para calentar ni casi para jugar el partido.  

Los entrenadores cobran míseros sueldos cuando los cobran. Es casi voluntario, vocacional, por afición.Y los cursos de entrenador para conseguir la titulación requerida por las Federaciones son caros y se los tienen que pagar ellos en la mayoría de los casos. Y tampoco sirven de filtro, ni nadie se atreve a sancionar a unos cuantos energúmenos que maltratan a sus propios jugadores, con tal de medrar ellos mismos.

En realidad los que pagan todo (instalaciones, entrenadores, material, equipaciones, zapatillas y gastos federativos) son los padres, (en el caso de los niños), y los adultos cuando juegan ellos.

Y el gasto federativo no es poco, se come el presupuesto, ya que hay que pagar a la Federación Autonómica de turno por casi todo (esa es otra, todos los cargos multiplicados por 17 autonomías, más Ceuta y Melilla, más luego las delegaciones provinciales): Fichas, seguros médicos, arbitrajes y mesas, gestión de la competición, más las multas y añadidos varios (por ejemplo el balón oficial que hay que utilizar obligatoriamente, que la Federación de turno reparte en escaso número).

Pero para que Sáez se pegue un homenaje o que su familia se compre de todo, para eso sí que hay. 

El secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, que ahora debe actuar con firmeza,  recibiendo una medalla de la FEB en junio de 2015.





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