martes, 28 de diciembre de 2010

Excusas


Últimamente pienso que no hay que poner excusas a las derrotas. Puede haber circunstancias externas, como lesiones o acontecimientos de cualquier tipo que afecten al equipo, que más bien serían atenuantes a la derrota y nos podrían hacer pensar que, de no darse, la derrota no se habría producido. Pero creo que siempre hay que sobreponerse a todo e intentar dar el máximo. La historia del deporte nos enseña que a veces una lesión provoca que otro jugador de un paso adelante y supla al compañero (la lesión de Gasol en el Mundial 2006 o la de Jabbar en la final de la NBA del 80)

De la excusa que quiero hablar, y que viene al hilo del artículo sobre la derrota del Barcelona en la cancha del Estudiantes, es sobre una de las que se argumentan más en la derrota: EL ARBITRO.

Si el equipo o el entrenador se obsesionan con el juez del partido y empiezan a protestar continuamente, se suelen salir del partido, salvo jugadores yugoslavos o italianos de ciertas épocas, y eso provoca la pérdida del partido y de los papeles. Y además puede hacer que el colegiado se equivoque (que es humano) todavía más. Y hay que saber comprender que arbitrar es muy complicado.

Casi nunca la protesta al árbitro suele dar resultado. Yo creo que daña al equipo y provoca que los jugadores le echen la culpa de algo que a veces no es más que falta de espíritu, bajo rendimiento o poco acierto. Al Madrid de fútbol le mete 5 goles el Barça y todavía se escucha que si le hubieran pitado un penalti cuando perdía por dos goles la cosa hubiera cambiado (¿?) Yo creo que no. Si uno juega bien y le da un baño al rival el árbitro no es excusa.

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