viernes, 22 de febrero de 2019

La resaca de la Copa



El baloncesto español se fue de copas y la cosa ha terminado con una buena resaca, tras lo acontecido en la final. Alguno ha terminado como esas mañanas del día siguiente de la marcha, en las que se jura y perjura que nunca más volverá a beber alcohol, en este caso ver o jugar al baloncesto, o por lo menos en una buena temporada. 

Hasta se ha comentado que el Madrid está pensando en dejar la ACB, así de mal le ha sentado la última que se tomó en el bar regentado por Antonio Martín, (antiguo jugador blanco) un “instant replay” de garrafón con tónica, servido en el Palacio de los Deportes, a domicilio por si fuera poco.

Encima ha sido una de esas resacas pastosas, con gritos que taladran la cabeza, como los de Pedrerol, Tomás Roncero y demás personajes del “Chiringuito”, que mejor no opinen sobre el deporte de la canasta.


Sucede en los últimos tiempos que se habla en los medios y entre la gente acerca de acontecimientos que no se ven más que pagando y que por lo tanto no tienen una audiencia millonaria. Por ejemplo, la final de Copa de la que tanto se habla la vieron 530.000 espectadores

Casi nadie ha visto y disfrutado (y eso que  en el caso de esta Copa 2019 hubo algunos buenísimos) de los partidos, pero se habla de los mismos: no se pitó la falta, era antideportiva sobre Singleton, era un rebote de Randolph, era campo atrás, Laprovittola batió el récord de valoración, Cristiano se dirigió a la grada atlética, Ramos hizo falta a propósito y luego lo contó, Bale hizo (otro torpe) corte de mangas, (cómo se nota que no es italiano, español o argentino)... 

Pequeñas informaciones y breves imágenes, más las declaraciones y ruedas de prensa, que esas sí son gratis, dan lugar a miles de noticias y conversaciones en Internet o en las redes e interminables debates en radio y televisión. Pero el partido solo pagando. Y la resaca durando mucho.

Randolph y el no rebote.


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