Han coincidido en el mismo fin de semana estos dos grandes
acontecimientos del baloncesto, que ya podrían hacer el calendario en Europa
teniéndolo en cuenta, dado el mayor seguimiento que tiene la NBA. No es de
extrañar que algún aficionado acabe saturado después de cuatro intensos días de
baloncesto.
Y luego el fin de semana siguiente, en el que nos encontramos,
no hay liga ACB por los encuentros clasificatorios para el Mundial de China de
septiembre de 2019, las llamadas “ventanas FIBA”, y encima se ha producido el hecho de que los partidos de España, ya clasificada, se celebren el viernes y el lunes.
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Darío Brizuela, si sigue jugando así, puede tener un hueco en el Mundial. |
Lo bueno fue que al ver uno y otro, Copa y All Star, con pocas horas de
diferencia se pueden apreciar las "siete" diferencias.
Mientras en la Copa todo era tensión y nervios... mucho sufrimiento, salvo
algún jugador al que le va la marcha y esos ambientes, en el All Star se puede
disfrutar del lado más lúdico del deporte. Dos caras del mismo, con la
participación de los mejores jugadores de una liga y otra.
Los norteamericanos mostraron su capacidad para el
espectáculo y la diversión, todo está enfocado al espectador, que disfruta del
fin de semana, en especial de los concursos y el partido de las estrellas. Este
año, como en el anterior, a pesar de que el marcador indique lo contrario,
hasta hubo (algunas) defensas e interés en ambos equipos por ganar el partido. Sin duda
por el nuevo formato y la llamada de atención del comisionado Adam Silver.
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Hamidou Diallo: Ya hay que saltar para superar a Shaquille O'Neal. |
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Joe Harris, de los Nets, ganador del concurso de triples. |
Y en los concursos el de
triples fue buenísimo, con los mejores tiradores del mundo, que además
siguieron “exhibiéndose” en el partido del domingo, en la llamada era del triple que vivimos en todo el baloncesto
mundial. ¿Cómo se defiende a esos lanzadores tan certeros?
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Jordan junto al propietario de los Bulls durante el All Star de Charlotte. |
El All Star concluyó anunciando la ciudad de Chicago como la sede donde se
celebrará el All Star Weekend de la NBA en 2020, con todo un Michael Jordan,
dueño de los anfitriones, los Charlotte Hornets, pasando el testigo al
propietario de los Bulls de Chicago, algo que adquiere mayor simbolismo pues
fue en dicho equipo donde triunfó el más grande.
La Copa de la ACB, en cambio, terminó con el posible portazo
del presidente del Real Madrid Florentino Pérez a la liga española, dicen que para
centrarse en exclusiva en la Euroliga. Tras el encadenado de errores arbitral, del sistema del Instant Replay y de las declaraciones desafortunadas de todos, se
pueden apreciar que la distancia entre ACB y NBA en lo que a organización se
refiere se sigue manteniendo.
De lo que no hay duda es que la idea de reunir ocho equipos (y sus aficiones)
en un torneo en la misma ciudad por parte de la ACB, es
decir, ampliar el formato de una final a cuatro (Final Four) como la de la NCAA (la competición universitaria americana), o la que también tiene
la Euroliga, es magnífica y depara emociones mil. De hecho, parece que la Federación
Española de fútbol quiere copiar el formato para futuras ediciones. E incluso
en la NBA se plantean en algún momento hacer algo parecido en el futuro.
Lo que sí proporciona el All Star a los aficionados es la
posibilidad de conocer mejor a sus jugadores, que al no tener la presión de la
competición, el no tener un título en juego, son más libres de acercarse a la
gente a través de los medios o la propia NBA, que organiza entrevistas y
eventos a tal fin, aprovechando la presencia de corresponsales enviados de
todos los países del mundo.