martes, 31 de marzo de 2020

Clases de aficionados al baloncesto (III)


Continuando con la serie sobre los asistentes a las canchas españolas, me ha dado una buena lista el amigo Alberto “Majete”, que coincide con Jesús “Chuchi” en el último aficionado del que hablamos el otro día, el “VETE A LA NBA”, que tiene su abono en uno de los fondos del Palacio de los Deportes de Madrid, al igual que los otros amigos de los que ya he hablado en algunos artículos y que me presentó mi amigo el entrenador Nicolás Antón, también abonado. Me recuerda Alberto que en el mismo partido este abonado pasaba de gritarle a Doncic que se fuera ya a la liga norteamericana y luego cuando metía una canasta a aplaudirle loco de contento.

Es muy similar por tanto al AFICIONADO CAMBIANTE, que puede pasar en un rato de despotricar de los suyos a las alabanzas más desmedidas. Yo he visto a muchos de esos, a veces casi todo un pabellón entero, que pasa de pitar a su equipo al aplauso y la ovación más grande en cuestión de minutos. (Por ejemplo en Málaga esta temporada 19/20, que no sabemos cuándo acabará por la crisis sanitaria). 

Hay excepciones, el aficionado fiel nunca se deja contagiar de ese estado de ánimo colectivo. Y luego hay un grito recurrente cuando se pierde. Aquello de “Directiva dimisión” que suele poner al entrenador al borde del precipicio.

El Cambiante se asemeja mucho al SIEMPRE CONFIÉ que es “un verdadero visionario” como dice “Majete”. Suele dar dos pronósticos diferentes de lo que va a pasar y así no falla. 

Vemos como hay aficionados que pueden pertenecer a varios tipos a la vez. Y también que muchos somos en algún momento un poco algunos de los que estamos analizando.

El FUTBOLERO que no tiene “ni idea de las  normas pero sabe de todo”. Suele llevar una camiseta del equipo de fútbol (si es la misma entidad, Betis, Real Madrid) o de la ciudad (Yo he visto del Málaga viendo al Unicaja o en el campo del Estudiantes del Atlético de Mádrid, aunque sean entidades distintas) y de la Selección Española (también de balompié) si juega España de baloncesto.


El PIDE TIEMPOS MUERTOS. Está todo el partido dirigiéndose al banquillo de su equipo. Yo sufrí una vez a un aficionado del Unicaja que se tiró todo el partido señalando los tiempos que debía pedir el entrenador Javier Imbroda y si no lo pedía se desesperaba. Estaba a punto de llorar el hombre. Algunos creen que el tiempo muerto lo arregla todo...

El AFICIONADO ENTRENADOR que en medio del partido dice “¿has visto como hace el body check?..." me cuenta Alberto y me dice que además "Mete muchas palabras en inglés para que parezca que saben más”. Algunas veces se las inventa para parecer que sabe más. Y algunos locutores y entrenadores profesionales se empeñan en no llamar a las cosas por el nombre que tienen en nuestra lengua. He observado a entrenadores un poco subiditos que cuando ven un partido en directo no aplauden nunca, permanecen impasibles. También conozco una entrenadora de Madrid que se pasa todo los partidos, hasta los de cantera, tomando notas en su libreta.

El aficionado EUROLIGA TOP “solo va a los partidos top de Euroliga, la liga local dice que no le motiva pero se la ve en casa” y yo añadiría que la comenta en el grupo de Whatsapp.


El aficionado CAGAPRISA, “se va para no pillar atasco, se levanta antes de terminar y ve los últimos minutos de pie” al final del pasillo y yo diría que no ve nada, esa canasta del último segundo se la pierde, ya que le tapa la cabeza de otro cagaprisas. Si hay prórroga puede que vuelva a su asiento. Entonces guarda muchas semejanzas con el siguiente:

El AFICIONADO PALIZA, que “llega tarde y en medio del partido levanta a los de su fila molestando también a los de arriba”. Desespera mucho cuando tarda en quitarse chaqueta, abrigo, etc...

El DESFASADO, que grita “falta intencionada o canasta de 6,25”. Aquí de nuevo vemos paralelismo con el SE QUEDÓ EN LOS OCHENTA.

El ESPABILADO que ve que hay cola en las puertas de acceso al pabellón y se quiere colar por lo que hay que llamarle la atención. También están los que sientan en unos asientos que no son los suyos.

El NEGATIVO, “siempre lo ve todo mal, si se pierde te dice que ya lo dijo él y si se gana, como todos nos ponemos contentos se diluye”.

Tiene una variante con otro del que me habla Alberto y con el que él ha conversado alguna vez y que no es otro que el AFICIONADO IKER JIMÉNEZ que tras una derrota le dijo a “Majete”: “Es que no quieren que ganemos…” . “¿Quién?” (le preguntó Alberto). “Los poderes…” respondió él.


El presentador del programa de Televisión "Cuarto Milenio" de fenómenos paranormales, Iker Jiménez, es más de fútbol que de baloncesto (por lo visto es seguidor del Alavés).


martes, 24 de marzo de 2020

Clases de aficionados al baloncesto (II)



Siguiendo con el ABONADO FIEL, se trata de un verdadero creyente en su club. Todo lo que hace el presidente, entrenador, jugadores está bien, jamás oirás una crítica negativa a nada que tenga que ver con su verdadera religión, su equipo, (se parece un poco a esos que creen a ciegas en los líderes y partidos políticos). Con los jugadores le ocurre un extraño caso, mientras pertenezcan a su club son ángeles. Ahora, como decidan marcharse a otro equipo, aunque no les pagaran la nómina o tuvieran un sueldo ínfimo, se convierten en traidores. Ocurre muy especialmente con los jugadores nacionales, que pretenden algunos que jueguen gratis para que el "Santo" Presidente pueda fichar a un extranjero de “postín” al que seguramente se lo perdonan todo.

El AFICIONADO ÁRBITRO, se tira todo el partido señalando las acciones, además con gestos técnicos: “falta, eso ha sido falta…”. “Pasos, eso han sido pasos… ¡Pasos aquí, en la NBA y en China!”, “¡¡Antideportivaaa!!”, “¡¡Ocho segundoooos!!”, “¡¡¡Campo atrás, por Diossss!!!” “¡¡¡Cinco segundooOOSSS!!!”, “¡¡¡¡ZONAAAA!!!!”. Así todo el partido. Suele ir “in crescendo” con mayor intensidad conforme llega el final del encuentro. En ocasiones inventa términos o rescata algunos del pasado como “pasividad” o se acuerda de cuando se podía elegir sacar de banda o tiros libres, o del 1+1.



SE QUEDÓ EN LOS OCHENTA: Si todavía ve baloncesto, sigue llamando a los equipos por su denominación de aquellos años del “boom del baloncesto”. Así te habla del TAU de Vitoria, del Ron Negrita Juventud, del CAI de Zaragoza, del Pamesa Valencia o del TDK Manresa. Le parecen mal las rotaciones, le parece que tienen que jugar solo cinco tíos los cuarenta minutos. Los jugadores de antes le parecen todos mejores que los de ahora y al igual que el aficionado árbitro recuerda el reglamento de aquellos años, que por él seguiría vigente.

Si hubiera equipo en Granollers seguiría siendo el Cacaolat. Allí jugó "Chichi" Creus.

Y luego está lo contrario del abonado fiel:

EL ANTI: El amigo Jesús me recuerda que en el campo del Real Madrid, detrás de donde tiene él su abono junto con otros amigos (uno de ellos, David, compartió conmigo su abono unas cuantas temporadas mientras yo vivía en Madrid), hay uno que le tiene una especial ojeriza a Pablo Laso. Da igual que en ocho temporadas y media el entrenador del Madrid lleve diecinueve títulos. Lo machaca sí o sí, a la mínima salta para atacarle.


EL VETE A LA NBA: De nuevo Jesús me habla de otro vecino de grada de los abonados blancos, que tras los rumores de que Luka Doncic iba a fichar por la NBA, en cuanto tenía una racha regular el chaval, que empezó a jugar con la primera plantilla con dieciséis años y aún tan joven se salió del mapa, ganó todo y fue MVP también de casi todo, empezaba a gritarle: “¡¡¡DONCIC, VETE YA A LA NBA, HOMBREE YA!!!”



Cuando puede Luka Doncic asiste al Palacio a ver al Real Madrid.

viernes, 20 de marzo de 2020

Pabellones: Clases de aficionados al baloncesto (I)



Los distintos asistentes al baloncesto son muy diversos o variopintos, aunque tengan en común la afición a este deporte. O no.

ABONADOS DE TODA LA VIDA: A principios de temporada, en septiembre u octubre, aparecen morenitos la mayoría y suelen saludarse con los vecinos de localidad durante el primer partido en casa con un “a ver qué tal este año. Parece que hemos fichado bien. Parece que hemos fichado mal…”

Para los más fieles es un acontecimiento ir a ver los partidos de su equipo y siempre animan pero ya hablaremos de ellos...

Alguno menos fiel deserta antes del final de temporada si parece que hemos fichado mal y jura y perjura que nunca más, pero al otoño siguiente otra vez está allí. Parece que hemos fichado bien… Si son, por ejemplo, padre e hijo, envejece el primero y crece el otro cada temporada que pasa. Uno, el pelo cada vez más gris, o no pelo, se va volviendo más escéptico y calmado mientras el otro tiene una fase, son las hormonas, más exaltada.

Y aquí es donde hay que hablar del EXALTADO. El que lo es de verdad no suele cambiar con los años, en el Estudiantes hay uno que suele estar en un fondo, un señor que ya está muy mayorcito para el show que monta. Pasa todo el partido de pie en uno de los fondos, ahora en una localidad pegada a la escalera en la primera fila, luego en los escalones, sudando, gritando y moviendo los brazos sin parar. Un paliza…

En el campo del Real Madrid hay otro, al que llaman “el Talavera”, pues por lo visto es de allí. El primer día hace gracia, como dicen mis amigos que lo “sufren”, pero que luego es tan pesado que cansa: lo mismo hasta se pelea con los aficionados propios cuando no se pone a insultar al que haga falta, sea integrante del Madrid, rival, árbitro etc… Yo creo que es un “rebotado” de otra zona del Palacio de los Deportes al que el Club ha cambiado de sitio ante las quejas de los anteriores "sufridores".

Rafa Vecina frente al Barcelona en la cancha de Ciudad Jardín.
Pero peor idea es ser un exaltado en cancha ajena, sobretodo yendo solo: Una vez en Málaga, en el pabellón de Ciudad Jardín, a finales de los ochenta o principios de los noventa, durante un partido contra el Barcelona, también ocurrió en un fondo, mayoría de abonados malagueños, yo estaba cerca, apareció “un nota” vestido con aquella horrible camiseta Meyba del Barcelona. Cada vez que metía una canasta el "Barsa", el tipo bajaba corriendo por la escalera hasta la barandilla cercana a la pista, gritando y levantando los brazos. 

Lo hizo varias veces pues el Barcelona iba ganando bien, y cuando subía a su sitio tras una de esas celebraciones, le pararon dos, que además le sacaban una cabeza, y le advirtieron de que no lo volviera hacer, que se estuviera "tranquilito" en su sitio. Y a la siguiente canasta del Barcelona, el tío otra vez escalera para abajo. Entonces fue cuando le dieron la merienda, un galletón bueno… y los que tuvieron que subir por la escalara desde la pista fueron los de la Policía Nacional. Hoy hubiera sido "viral" pero antes no había móviles ni cámaras de televisión en todos los partidos, ni éramos tan delicados…

Esa es la equipación Meyba en esta foto de equipo patrocinada por el tabaco Winston. Como he dicho eran otros tiempos.