domingo, 20 de enero de 2013

Al llegar a la rotonda, tome la tercera salida a la izquierda

19 de enero de 2013. Tarde aciaga en Torrejón de Ardoz. Derrota del equipo que entreno este año, el junior masculino del Joyfe. Frío que pela, estamos en pleno temporal de invierno. Una odisea para encontrar el pabellón, en realidad una carpa con miles de rendijas por las que se cuela el aire.


La pista de atletismo está chula pero 
donde nos dieron bien fue dentro de la carpa


Jorge, mi segundo entrenador, y yo nos hemos perdido antes de llegar (para ser justos yo, que para eso conducía). Aún llevando indicaciones y mapa impreso de Google maps, he encontrado una bifurcación de la que no advertían. O polígono industrial o carretera M-115. No pone nada de Torrejón de Ardoz. Cincuenta por ciento. Elijo la carretera, que en el partido que jugamos en Colmenar Viejo recorrí  tres polígonos antes de llegar.

Error. Torrejón queda a la derecha y vamos hacia una autopista de peaje. Sufro por enésima vez esta temporada la angustiosa sensación de que me alejo cada vez más del sitio adonde quiero ir y no voy a llegar a tiempo al partido. Llegamos a otro polideportivo, llamado Jorge Garbajosa en honor al pívot torrejonense. Siempre encuentro el sitio donde no jugamos. Me detengo para preguntar y claro, me encuentro con el tonto del pueblo que me mira con cara de feroche y no articula palabra. Parece que tengo un imán. Natural, de gilipollas a gilipollas. Al final unos señores muy amables, que parecen conductores de los autobuses estacionados allí, me dicen que estoy muy perdido… lo se, amigos, lo se… pero me indican bastante bien. Aunque antes me preguntan si no tengo GPS. Si tuviera no estaría preguntando, alma de cántaro…

                                                   Este lo encontré a la primera...

Inciso GPS. No, no tengo GPS, tengo un Fiat Punto de 10 años que me lleva y espero que tarde en romperse. Y en el móvil… ¿no tienes guachaps? Pues tampoco, pero mi casa llena de cacharros, por no hablar de los de la cocina, y por lo visto aún me faltan unos cuantos de los obligados por esta sociedad de consumo. Pues sin guachaps no eres nadie. Yo ya soy nadie con ello o sin ello.

A continuación del pabellón Garbajosa está el parking de un gigantesco centro comercial y claro, he terminado allí dentro, entre miles de coches  y carritos de la compra en pleno sábado por la tarde. Al final Jorge, que sí tiene smartphone, ha logrado conectarse a la señorita GPS que ha dicho que tomemos la tercera salida de la de la décima rotonda del pueblo en un tono de descojone que me ha mosqueado un poco… pero llegamos… de milagro. Y eso que a su teléfono se le agotó la batería, que están hechos para romperse. Yo hasta que no muera mi Nokia (así casi quiebran los finlandeses, por hacer teléfonos que duren) no lo cambio. Además cuando era  pequeño y mis padres trabajaban, una chica finlandesa llamada Tula, venía a casa a cuidarnos a mi hermana y a mi y desde entonces soy fiel a las finlandesas.

Con la cara que se te queda después de perder el partido y me he vuelto a liar para salir de Torrejón. ¡Quiero salir de aquí! ¿Será posible que no haya una indicación para ir a Madrid? Los de los pueblos se creen que todo el mundo es de allí y saben cómo ir a los sitios.

Inciso Pueblo: Muchos me dirán indignados, sus habitantes en especial, que Torrejón no es un pueblo, al igual que los de Colmenar y otros sitios donde hemos jugado este año. Es que tiene más 125.000 habitantes y ya es una ciudad… Pues no, queridos, no son urbes planificadas, sino horribles polígonos industriales alrededor de los cuales han puesto un centro comercial, casas y miles de rotondas. Ni siquiera una iglesia o algo digno de ver.

Pero esto no es exclusivo de Madrid, cuando entrenaba en Cataluña ya di miles de vueltas a las rotondas y pueblos en busca del pabellón perdido, y recuerdo lo que tardamos en encontrar el polideportivo Juan Gómez Juanito de Fuengirola  con el equipo de Maristas de Málaga en 2009. Y eso que nos llevaba un autobús puesto por el club. Ahora con la crisis no hay dinero para autobús y que cada uno se arregle para llegar al encuentro.

Por cierto, ya podrían los de las federaciones agrupar a los equipos por cercanía, para ahorrar un poquito, digo yo. Eso por no hablar de la calidad de las instalaciones deportivas…


En esta rotonda, al lado de la Calle Amoniaco y cerca de la calle Oxígeno 
(no es coña, que se llaman así), estuvimos dando vueltas. 
El Fiat Punto de la imagen no es el mío


No hay comentarios: